Depósitos enterrados
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Un depósito de agua de lluvia es un depósito destinado a la recuperación de agua de lluvia que se acumula en el techo o en los terrenos alrededor. Se puede utilizar este agua para el riego, el inodoro, la limpieza y la alimentación de las calderas. Los depósitos suelen estar hechos de acero, plástico, polietileno, hormigón o fibras de vidrio. Es un accesorio esencial para equipar el jardín.
Se recomienda enterrar el depósito de agua de lluvia en un agujero excavado en la ubicación deseada. Una vez que el agujero esté excavado, debe llenarlo con arena o grava para asegurar una buena estabilidad y soporte para el depósito.
Una vez que el depósito esté en su lugar en el agujero, luego deberá cubrir todo con una mezcla de tierra y arena. También deberá agregar una capa de grava y arena en la superficie para proteger el depósito de las inclemencias del tiempo.
Luego deberá conectar el depósito a su sistema de tuberías y a su bomba. Una vez completado, podrá disfrutar de una fuente de agua de lluvia que se puede utilizar para el riego u otros usos.
La capacidad evalúe sus necesidades de agua de lluvia (riego, limpieza, sanitarios, etc.) y elija un depósito cuya capacidad se ajuste a su consumo.
La superficie del terreno: asegúrese de tener suficiente espacio para enterrar el depósito y acceder fácilmente a su ubicación para la instalación y el mantenimiento.
El tipo de suelo: algunos suelos, como los arcillosos, pueden requerir depósitos reforzados o precauciones especiales durante la instalación.
El presupuesto: compare los precios de los diferentes depósitos y tenga en cuenta los costos de instalación y mantenimiento para determinar la mejor relación calidad-precio.
La elección de la capacidad de un depósito enterrado depende de varios factores, como sus necesidades de agua de lluvia, la superficie de su jardín y la pluviometría de su región. Las cisternas enterradas están disponibles en diferentes capacidades, que van desde unos pocos cientos de litros hasta varios miles de litros. Para estimar la capacidad adecuada para sus necesidades, evalúe su consumo de agua para riego, limpieza, sanitarios, etc., y tenga en cuenta la frecuencia de las precipitaciones en su región.
Ahorro de agua: La recolección de agua de lluvia ayuda a reducir el consumo de agua potable.
Ahorro de dinero: La recolección de agua de lluvia permite ahorrar en la factura del agua.
Autonomía: Una cisterna de recolección de agua de lluvia ofrece cierta autonomía en el suministro de agua.
Preservación del medio ambiente: La recolección de agua de lluvia ayuda a preservar los recursos hídricos naturales.
Rica en minerales: El agua de lluvia es rica en minerales, lo que la convierte en un agua saludable y natural.
Mejora la calidad de las plantas: Un buen riego con agua de lluvia permite obtener plantas sanas y vigorosas.
Ahorro de energía: Una cisterna de recolección de agua de lluvia ayuda a reducir el consumo de energía para calentar el agua.
Las cisternas enterradas están disponibles en diferentes capacidades, que van desde unos pocos cientos hasta varios miles de litros, para adaptarse a sus necesidades de agua y al tamaño de su terreno. Los dos principales materiales son los siguientes.
Polietileno: este material ligero y resistente ofrece una excelente durabilidad y resistencia a los impactos. Las cisternas de polietileno son fáciles de manejar e instalar, y no requieren un mantenimiento especial.
Hormigón: las cisternas de hormigón son robustas y duraderas, con una longevidad excepcional. Son ideales para grandes volúmenes de almacenamiento y ofrecen un mejor aislamiento térmico que las cisternas de polietileno. Sin embargo, son más pesadas y requieren una instalación más compleja.
Una cisterna enterrada funciona recolectando agua de lluvia de los canalones de su casa o edificios. El agua se filtra primero para eliminar los desechos, luego se dirige hacia la cisterna subterránea donde se almacena. Cuando necesite usar el agua de lluvia, un sistema de bombeo y distribución permite extraer el agua almacenada en la cisterna y dirigirla hacia los puntos de uso, como grifos, aspersores o sanitarios. Según las necesidades, se puede añadir un dispositivo de tratamiento de agua para mejorar la calidad del agua antes de su uso.
Para garantizar la durabilidad y el buen funcionamiento de su cisterna enterrada, es importante darle mantenimiento regularmente. Aquí algunos consejos para mantener su cisterna enterrada.
Limpieza de los filtros: los filtros en la entrada de la cisterna y en los canalones ayudan a retener los desechos e impurezas. Límpielos regularmente para evitar obstrucciones y mantener un buen flujo de agua hacia la cisterna.
Inspección visual: revise periódicamente el estado de la cisterna y sus accesorios (tapa, juntas, tubos, bomba, etc.) para detectar posibles grietas, fugas o mal funcionamiento.
Desagüe y limpieza: se recomienda vaciar y limpiar el interior de la cisterna cada 3 a 5 años para eliminar sedimentos y lodos que puedan acumularse con el tiempo. Esta operación puede ser realizada por un profesional o por usted mismo, siempre tomando las precauciones necesarias para no dañar la cisterna y eliminando los residuos de manera adecuada.
Control de la calidad del agua: si utiliza agua de lluvia para usos domésticos, es importante controlar regularmente la calidad del agua almacenada en la cisterna. Puede realizar pruebas de calidad del agua con kits disponibles en el mercado o recurrir a un laboratorio especializado para un análisis más detallado.
Mantenimiento de la bomba: si su cisterna enterrada está equipada con una bomba, siga las recomendaciones del fabricante para el mantenimiento y cuidado de la bomba, incluyendo el reemplazo de piezas desgastadas y la verificación del correcto funcionamiento del sistema eléctrico.
Dependiendo del tamaño de la cisterna y las regulaciones locales, puede ser necesario obtener un permiso de construcción, respetar distancias mínimas con respecto a los límites de propiedad o redes subterráneas, o cumplir con normas ambientales específicas.
Pero en la mayoría de los casos, la instalación de una cisterna enterrada para la recolección de agua de lluvia no requiere un permiso de construcción.